jueves, 24 de enero de 2008

Vivir

La pregunta siempre ha sido: ¿que pasa después?
Que pasa después de que se acabe este renglón, este párrafo, esta página, este libro. Que pasa después de que acabe la primaria, secundaria, preparatoria. Que pasa después de que amanezca y me vuelva a dormir (tal vez sueñe, no lo sé) Pero, ¿que pasa después?
Nunca ha sido “¿porqué?” si no siempre, “¿que pasa después?”
Y es en lo que he estado pensado mucho antes de publicar por última vez. Ahora que continua, que pasa después de todo esto, de premeditar tantas cosas mucho antes de pensar ¿y ahora que?
Siempre nos hemos cuestionado por tantas cosas los seres humanos, y siempre pensamos que el “por qué” es la razón de toda acción o pensamiento, (por que pensamos, por que nos movemos) pero ¿Qué sigue después? Después de pensar y movernos según especulamos nos lo dedujo el “por qué”.
Esa es la razón de un por que, ese es el motivo de respirar y moverse según indica nuestro pensamiento y sentir. Que sigue después.
Y pensarlo, razonarlo, deducirlo, armar toda una trama y nueva etapa de tu vida por un cuestionamiento tan sencillo (sin dejar de ser filosóficamente complicado) harta y redefine muchas de tus ideas que creíste o sentiste correctas, porque solo te dejaste guiar por un “por que, lo deseo hacer” o en el peor de los casos y del razonamiento lógico humano, “por que así lo siento”. No hablemos de las noches de desvelos e irritantes malos tragos de realidad. La molesta voz concienzuda de “te lo dije” y la inevitable y constante mutilación cerebral del ¿Qué sigue después?
Y piensas tanto, que te hartas de tu ego, de tu profundidad, de tu existir, de la agobiante necesidad de expandirte y ver rostros hondamente memorizados de “amigos” y personas que estimas. Te ocultas de la interrogante más importante. Y huyes desesperadamente para respirar y no deliberar ¿Qué sigue después?
En serio, ¿Qué sigues después? ¡Dime!, que sigue después de leer esto, comer o tal vez dormir, tal vez ver televisión, tal vez reír o llorar.
¿Qué sigue después en tu vida?
¿En realidad te habías detenido a pensarlo?