martes, 29 de noviembre de 2011

Los escombros, materia superior desecho de mil maravillas, ayudantes de soluciones sociópatas. Tendencia a la híper construcción de los silencios,  que bien puede ser  la superficialidad de tu aroma, uno que te escasea en el más grande suspiro que se te asoma por en medio de los ojos, en el bello de tu cara. La cuestión más grande dentro de mi hipotálamo, son las líneas curvas que te brotan por debajo de la nariz; es lo que me sobra y me falta por igual, tu voz que grita tanto que apenas distingo a la naturaleza su compas pausado. Todo marcha aun en la esquizofrénica revoltura de palabras. No le soporta ninguna alteración el estilo misantrópico de tu pasividad. No hay lenguaje que pueda trascender el rosar de las nubes peligrosas materia viva, independiente del coraje abusivo de mis uñas, aun así voy a morderte la orejas.