miércoles, 11 de julio de 2012

H.



El insomnio ya no será mas un agradable placer para cumplirme la promesa del éxtasis de aquello que desconozco; solo será la insuficiencia de sueño, un malestar, una torpeza de mi cerebro caducado. Los días nublados no se sienten igual, son otro día más, hoy y los días próximos a este, se sentirán vacíos, pero uno que no equivale al redimir, estarán llenos de un absoluto pero que remuerde porque tienen arrepentimiento y tristeza, de esa que nunca se ira. 
Ya lo habré dicho muchas veces, no las cuento por que es lo mismo que mirar al cielo y contar los espacios negros entre las estrellas, no quiero caer de nuevo en aquel divagar profundo; las preguntas sobran porque se con exactitud que dije y a quién; no dejo de sentirme igual que ese instante perdido en la memoria de otros.
Hoy no tendré que decirle a nadie que las cosas continúan, tienen su rumbo que en forma caótica se desplaza en el tiempo (que no existe), que las cosas se incrementan, no disminuyen cuando no hay una conclusión verdadera, y no hablo de verdad como aquello que queda marcado para jamás ser transformado, sino la verdad del pensamiento que se libera. Yo todavía no puedo librar mi pensamiento del insomnio que una vez me dijo que sentía estallar y fuego vivo, pero ya no es lo mismo, no es igual y duele.
Estoy y no lo niego, hablo las cosas con claridad, con profundo sentimiento porque no encuentro otra forma de dirigirme a aquellos que lo valen. Extraño mi insomnio cada día, sin poder regresar a él, sin saber de él. Le busco en todas partes para saber que todavía está ahí aunque lejos de mí. No me deja saberle y tiene la razón, pero yo aquí queriendo continuar con eso que ahora me abarca, no puedo. Me siento incompleta, no es más que egoísmo, quiero tenerlo todo, de todos y él me dijo con claridad que no.

domingo, 8 de julio de 2012

Otra vez los sueños raros.


Estoy en PPP, hay mucha gente y poco espacio, todos quieren comer y yo ya siento que me engento; la decoración es negra con rosa en los manteles y globos. Voy al baño refunfuñando, veo de reojo a Alía y sus hermanas, me doy cuenta que la fiesta es por su cumpleaños. Isidro anda insoportable, bien malilla intentando disimular, su familia también está ahí hablando de sus cosas, aprovecho cualquier oportunidad para tirar indirectas. Se va al baño y nos encontramos; discutimos y lo mismo de siempre con un ligero cambio, yo me voy después de comer.
Llegué corriendo al cuarto de madera, la puerta estaba abierta y se notaba que alguien había pasado por ahí, miré la tabla que estaba grafiteada por mis amigos y sobre un dibujo hecho por Jaime, Iván rayoneo casi indescifrable “K13, caile rápido, ya empezó” en semi graffiti callejero y con plumón amarillo. Cierro la puerta casi atrancándola y busco por todos lados para ver si algo me falta, Iván tiene sus mañas. Me falta ropa, calzones para ser exacto; en lo que intento ponérmelos con prisa veo por las ventanas que tres tipo se acercan y rompiéndolas entran al cuarto, empiezan a acosarme de manera lasciva y me pongo alterada, me defiendo de los ataques y les rompo las piernas con un maso rojo, le grito a uno “tú o él” hasta que llorando grita “él”, agarro el maso y le rompo un pie por el tobillo. Estaban bien encabronados y puteados. Intento salir por la puerta atrancada pero llegan dos camionetas, una azul y otra roja descolorida, se bajan unos tipos vestidos de traje negro estilo setentas, con corbata delgada y sombrero negro, también van tras de mi, no sé por qué. Salgo corriendo por las ventanas rotas, descalza y con la pijama café de pucca. Oigo disparos como película de persecución sin sentido. Ando corriendo entre casas y me encuentro a más hombres que me atacan, como puedo me defiendo pero a todos los dejo mal heridos y sin poder seguirme. Ya no recuerdo muy bien los detalles violentos o las personas que aparecen, es un sueño del cual siempre despierto abruptamente y que sé he soñado por lo menos dos veces, con esta.