jueves, 22 de noviembre de 2012

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Preámbulo del regreso:

La vida es algo que uno nunca disfruta por eso de querer siempre apantallar.
Los viejos crecen y se dan cuenta que desperdiciaron mucho tiempo en nada; al final de la vida te das cuenta que vas a regresar a donde empezaste, el problema está en creer en el tiempo. 
Suena trágico como se escribe, pero hay humor en ello, la facilidad con que uno habla de la muerte lo explica. La conocemos, la deseamos, sabemos que nos hará absolutos para querer volver; porqué no disfrutar el paseo, el vaivén como cuando uno ve las olas a las orillas; yo porque vengo del agua he de saber de esas cosas, ustedes porque no comprenden que la importancia de los detalles esta en que en ellos se ve el cosmos, como dicen, en cada grano de arena, en todos, en uno. No hay ustedes.
La vida es un afán infinito de conseguir nada, pero uno sigue viéndola con peso, como si el mundo estuviera sobre los hombros. Por qué no se ve que alguien ría, como yo, de ello.
Se entiende que nada es suficiente, pero no es así; es precisamente la insuficiencia el deseo de desdoblamiento, que es lo mismo que mermarse, o cerrar los poros a complacencia.  
La insuficiencia de conocimiento es la sabiduría puesto que lo que hay en ella es absoluta nada. Quien entiende todo no necesita vivir.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Ricardo me hubiera llamado.

A la mujer se le permite amar. Será que desde ahí puede controlar el mundo, amando. Como reinadora de los vacíos, aunque sea sólo uno o ninguno. La mujer tiene cuerpo de vacío, de agua y de fuego, ella nada puede pero todo lo hace. Soy mujer porque un cromosoma (o el fractal que soy) lo determino así. He amado mucho, pero no lo suficiente. Siento como siente la piedra el viento. He de sentir como siente el mar al reventarse en las rocas gastadas por la sal. Nadie me ha enseñado a amar, eso ni los padres lo enseñan, porque ellos aman por sus propios motivos y piedras, porque así escogen su muerte. He amado a muchos hombres, todos diferentes, todos acostumbrados a mover el mundo sin reinarlo, condenados. Todos los hombres se han llevado mi olor, y yo me quedo con el suyo porque yo deje de poseer uno propio desde hace muchos tiempos que deje de conocer como tiempo. No fueron los libros, a ellos no les echen la culpa de ser libros y contener el karma de quien los escribió. No fue nada, mas que la nada que todo lo mueve y todo contiene. No estoy rezándole al cielo por la tranquilidad de mis vidas, estoy admitiendo que le amo porque dejo que mi naturaleza se apodere de lo nunca ha sido mio, mi ser mujer.