sábado, 30 de julio de 2005

Littlethings

A veces el ritmo que acostumbramos a seguir en la vida, se come el tiempo, avanza tan rápido que no nos permite disfrutar las pequeñas cosas que hacen que esta vida valga la pena. Sin embargo, hay algunos que aun disfrutamos de esas pequeñas cosas. Creo que el costo mas caro por disfrutarlas, es ver a las personas que amas, desgastándose la vida, en vez de disfrutarla. Cierto. Temo que el tiempo me consuma, temo que después no le de merito a las pequeñeces, pero lo que mas temo es que en unos años mas olvide lo que es amar, vivir, sentir, por tal solo vivir a un ritmo acelerado. Aun ritmo que marcan, el trabajo, el dinero y el afán infinito de conseguir una relación estable (una boda). Mientras que aun puedo, trato de respirar tan hondo para sentir el aire que aun se conserva limpio, trato de sonreírle aun a las personas que tienen cara de pocos amigos, pienso que las sonrisas algún día cambiaran a la humanidad entera, trato constantemente de solo ser yo, espontánea, alegre, tal vez hasta bufona y no me importa (aun) como me clasifiquen, si soy payaso de circo, malabarista, un animal enjaulado o tal vez un contorsionista. Eso es lo bello de ser ingenuo, eso es lo que aun me aparta de un ritmo al cual temo balsear. Es lo que me indica que aun se vivir, que aun puedo correr y aunque tema caer, aun puedo arriesgarme a que ser burlen de mi, aun puedo reír hasta que me estomago quiera reventar, aun me gusta sentir el viento acariciando mis alas invisibles, aun puedo soñar y aunque muchas veces quiera fingir que no lo se hacer, sigo soñando muy dentro de mi. No se mucho nada, pero se poco de todo. Yo no miro un vaso medio vació, prefiero verlo medio lleno. Yo no quiero complicarme la vida, prefiero disfrutarla.

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