lunes, 28 de mayo de 2012

Mírame


Podemos mirarnos, tantas veces como sea posible desgarrarnos con los ojos, los ojos y la vista. Nadie deberá o dirá nada porque entre los que callan el silencio es lo más coherente.
Nadie, los nadie, Don Nadie, la señora Nadie todos existen; aunque ignorados. Así somos nosotros, capaces de obsérvanos en la nada, existiendo mientras callamos. En la mañana despertamos como todos, tal vez en la noche no dormimos como algunos, pues entendemos la oscuridad como ningunos; como los nadie, dos que somos, si es que somos algo o alguien.
No vamos a ningún lado porque no queremos tener dirección alguna; hay a donde ir, de eso ya nos dimos cuenta, se entiende al existir, aunque somos nada, nadie.

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