Vienen de lejos.
Se unieron al mar y la arena.
Se descompusieron el devenir de olas.
Mis raíces saben lengua antigua,
saben y saben de campo,
son de maíz morado,
y de insectos salados.
Mis raíces se desmoronan,
se contraen en la pobreza y el llanto,
vienen del cielo pegado a la cara
y del calor que reponde: piel morena.
Mis raíces están en otras tierras;
se llaman zapotecas.
Mis raíces viajan todos los días,
comen pan y chocolate
y una tortilla grande,
se asustan de la noche
y se divierten con fuegos artificiales.
Ms raíces se purifican tomando mezcal, del bueno.
Mis raíces no existen, no son como el tule,
no son de manta, ni de huarache.
Mis raíces son mías y están en mi sangre.
1 comentario:
Nena preciosa!!
Gracias por tus palabras y por estar ahí... aunque no hemos podido conocernos, te mando un fuerte abrazo y mi mejor vibra
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