lunes, 1 de mayo de 2017

AGOSTO 2011

Es que parece que la sinceridad no caben en ningún lado ni siquiera en el adentro que muy dentro es mío. No puedo expulsar el veneno de mis venas, contagiando todo lo que toco y me rodea. Siempre pienso en lo mismo, desterrarme de la tierra que no tengo, y que obtengo, más que el murmullo que casi callado no me pide que me quede, si no que me ínsita a dejarlo todo.
Y que hago yo con estas manos torpes que no escriben poesía, ni verdad, ni absoluta nada. Con estas manos que no bastan nunca para algo que se tenga que aniquilar, que abrazar, que sustraer del alma y mi alma absurda donde está, en ningún lado, no hay piezas sueltas, soltadas al azar, no hay amistades largas, ni franquezas concretas, no hay continuidad ni firmeza, no encuentro en los detalles nada que no pueda observar en la sutileza del universo y no quisiera corresponder a tristezas que no encuentro enteras.

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