lunes, 12 de abril de 2021
Agradezco siempre.
El amor viene en muchos formatos y diseños. Comprender de dónde nace o cuestionarlo, no es parte del amor, nada que te cause una controversia, es amor. Y en mi vida no acepto ya más a nadie, ni nada que no sea amor.
En ese amor hoy celebro la vida de Julio, "el Chile", que se nos fue al comienzo de este año a otro plano universal, a descansar tanta vida correteada. Hace unos días celebramos la presencia de uno de nuestros amores más puros, que es mi papá.
Alberto siempre ha sido la representación de la sinceridad, igual que el Chile, esa sinceridad que no cuestiona, pero reprende por ser verdad. “La verdad” he aprendido tiene como las navajas, doble filo, porque no solo se desliza sobre la falsedad, sino que también hiere y corta sobre la certeza que uno tiene de sí mismo y sobre el amor que se le tiene a los demás. Es decir, poseer la sinceridad es más hiriente para aquellos que la tenemos que para quienes la reciben.
Mi papá sobrevive porque tiene el coraje y la voluntad, pero también porque muchos nos ayudaron, porque encontré quien sobrelleva la sinceridad de esta existencia conmigo y no me harto de dar las gracias por que es así y no de otra forma.
Alberto cumplio 61 años, con leucemia, con la pérdida de sus hermanos y padre queridos, se le fueron el Chile y el Judas, mis tíos que también son como mis padres.
Todos los putazos que me dio la vida, todo lo que me quitaron y me hirieron, me prepararon para celebrar tu vida papi y celebrar también a Julio y Hugo. Nada me cuesta y ni es tan valioso como tener aún la presencia de mi papa y que formará parte de lo que hoy soy.
Gracias papi por ser conmigo, por estar aquí.
Gracias otra vez y todas las veces a todos los que me preguntan como esta don Beto y que ha sido de él, la sinceridad no me deja mentir que si se ve bien jodido el ruco, pero su ánimo y su fuerza es lo que nos mantiene a pura risa y contentos de celebrar que se siente lo suficientemente bien para darse sus escapadas de casa, aunque lo regañamos. Gracias papi, quiero creer que sigues aprendiendo.
Hoy, celebro la vida de mi papá, de mis tíos, de mis amistades y de sus familias.
Salud por el Chilito, por don Hugo y don Beto que siempre me regañaron, para que nadie me hiciera pendeja, pinchi chaparra, me decían, y si soy.
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