viernes, 6 de enero de 2023

Enero

Empezó el año con frio y lluvias, enero de 22 se trató de médicos y papa, la verdad que no distinguí las fechas ni puede realmente cuantificar ese año. Al comienzo del año todo parecería muy confuso en la actividad laboral, era un reto conductual no ser la persona nefasta que todos en el interior podemos ser.

Es el primer año, sin embargo, que le temo a la tempestad, que la seguridad en mi misma me cuesta entenderla o encontrarla, el clima, y sus estragos, también me causaban una conmoción y un medio a verme vulnerable ante la inclemencia meteorológica. Tanto así que me proponía en el pesar en que en su nuevo formato de entidad, mi papa me acompaña, y cuida en el mejor de los casos.

Y la vida igual sigue en se devenir, no se detiene, no le importa que, aunque preparados para siempre esta en el arrojo del existir, a veces son avalanchas y no simples chubascos que nos atacan desde las fronteras imaginarias, entre decidir sufrir y entre el seguir dando patadas de ahogado… siempre se sale a flote.

También mama sigue ausente en su propia revolución emocional e intelectual, no hay palabras, quisiera expresar siempre mi apoyo y amor por la persona que me ha criado, pero también esta bien apartarse y dejar que se admire de la vida, desde lo más difícil a lo más fácil, pero solos o de manera individual, para seguir aprendiendo.

Empecé y termine de leer La ciudad de las Bestias de Isabel Allende, es un libro que me capturo de inicio a fin y que con poco tiempo devore como hace mucho no leía vorazmente un relato, desde la manera de escribir de la autora, los personajes y lo fácil que es que te transporte a la escenografía de la narrativa, me hechizo, me sentí la niña que gano su primer reconocimiento por destacar en escribir y leer en la primaria.

Enero frio y lluvia, me permite sentir mi cuerpo, contrarrestar el síntoma de alerta en que a veces no me doy cuenta de que entro. El sonido es relajante.

No porque es el inicio, significa que el final tuvo conclusión, perdonarse, disculparse, terminar lo que se empieza y dejar ir la culpa. Después de la tormenta no viene la calma, viene el lodo.

Agradezco que sigo aprendiendo, todo lo que me permite ser, sentirnos mas que nuca en nuestras vidas, lo que tengo, lo que he tenido y lo que tendré, porque igual me emociona.

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