sábado, 8 de abril de 2023

LAS IDEAS SOBRE ALBERTO

 

Después de un año lo puedo soñar sin la enfermedad, aunque no ha dejado de ser dolor, en episodios, explota o me derrite, pero es cierto que se sana, se aprende y se crece, también en el dolor, porque sufrir ya no es opcional. Oír a su familia cantar, llorar, reír juntos para Alberto ha sido algo sanador, espero donde este los haya escuchado, sentido y de verdad encuentre su descanso. La pérdida no es minimizar la existencia, se agrega como aprendizaje para tener otra actitud ante la vida, siempre se cambia, porque nada permanece, todo nos transforma.

Sigo buscando la manera de no caer en el drama de la vida, no es rechazo al conflicto, tal vez nihilismo, ya no encuentro razón. Mis ideas, como pienso, como reacciono a las situaciones de cada día, estoy cómoda con mi ser y luego no dejo de dudar.

Viajar transforma, ahora me fui sola en un viaje de 6 días, llegué directo e igual salí. La noche de su cumpleaños, prepararon la cena en casa de Pepe, hicimos un altar y empezaron a llegar flores, a mí me decían que hacer, porque no estaba para explicarme porque era así, según sus usos y costumbres, siempre le preguntaba, porque era genuino me interés por descifrar eso ancestral de nuestra procedencia indígena, ahora sí lo entiendo así. Se pusieron a recitar los versos que hablan de los milagros de dios, aún no entiendo para qué cuando se despide a alguien, pero lo reflexiono un poco más, y parecieran los elementos que van superando cada bardo para llevarte a tu destino de descanso, pero creo que es rebuscado afirmar alguna conciencia de los textos cristianos con algo tan lejano, sin embargo me hace falta conocer tanto de lo zapoteco.
Por la mañana todos desayunamos juntos mole y arroz, antes y después le tocaron unas melodías que sí, eran tristes y que para mí mamá eran parte del ritual, por ello mandamos a pedir la banda, hasta que se aprendieran la canción de Natalia Lafurcade que tanto le gustaba, empecé a sentirme extraña desde temprano porque me preparaba para dejar una parte de mi ahí, al cuidado de mama Martha que creo que fue una de las mujeres que más le amo. Ahí estaban sus hermanas y sus sobrinas, no bebí más que el día que te enterramos, me embriagué con mezcal que me dio ansiedad al siguiente día, desperté con un chingadazo en la cabeza y con moretones de todas las veces que me caí, dicen que fui imagen de su embriaguez, características masculinas que siempre le orgullecían de mí. Enterramos sus cenizas y para mí fue dejar ir todo aquello que también me hacía daño, porque expiarle por su muerte no es más que ser hipócrita, y ese concepto me resuena siempre en la cabeza, como llevarle flores a su nicho o no decirle la verdad a los demás en su cara, de frente. Se también que cambio, que su corazón se hizo más grande y que perdono y pidió perdón cuando importaba.

Mamá me invito a conocer Jalatlaco, me encanta seguir conociendo partes de esa ciudad que fue parte de sus vidas en su momento. Parece muy lejano lo que me narran las cartas que leí, que mandaban los tíos y que incluso me escribían a mí. Apenas están teniendo sentido o conecto mejor las ideas de como aconteció la vida de mis padres antes de que yo naciera. Por ejemplo, que mi madre empezó a trabajar desde los 12 años, y que decide aun siendo niña ayudar a su familia y trabajar, viajar cientos de kilómetros para lograr algo de su vida y tantas oportunidades de que todo saliera mal, mejor nos tuvo a sus hijos, con Alberto, orgullosos le decimos padre.
Solo fotos y recuerdos, dice la canción.

Nos vemos en otro sueño papá-

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