Después de un año
lo puedo soñar sin la enfermedad, aunque no ha dejado de ser dolor, en
episodios, explota o me derrite, pero es cierto que se sana, se aprende y se
crece, también en el dolor, porque sufrir ya no es opcional. Oír a su familia
cantar, llorar, reír juntos para Alberto ha sido algo sanador, espero donde
este los haya escuchado, sentido y de verdad encuentre su descanso. La pérdida
no es minimizar la existencia, se agrega como aprendizaje para tener otra
actitud ante la vida, siempre se cambia, porque nada permanece, todo nos
transforma.
Sigo buscando la
manera de no caer en el drama de la vida, no es rechazo al conflicto, tal vez
nihilismo, ya no encuentro razón. Mis ideas, como pienso, como reacciono a las
situaciones de cada día, estoy cómoda con mi ser y luego no dejo de dudar.
Viajar
transforma, ahora me fui sola en un viaje de 6 días, llegué directo e igual
salí. La noche de su cumpleaños, prepararon la cena en casa de Pepe, hicimos un
altar y empezaron a llegar flores, a mí me decían que hacer, porque no estaba
para explicarme porque era así, según sus usos y costumbres, siempre le
preguntaba, porque era genuino me interés por descifrar eso ancestral de
nuestra procedencia indígena, ahora sí lo entiendo así. Se pusieron a recitar
los versos que hablan de los milagros de dios, aún no entiendo para qué cuando
se despide a alguien, pero lo reflexiono un poco más, y parecieran los
elementos que van superando cada bardo para llevarte a tu destino de descanso,
pero creo que es rebuscado afirmar alguna conciencia de los textos cristianos
con algo tan lejano, sin embargo me hace falta conocer tanto de lo zapoteco.
Por la mañana todos desayunamos juntos mole y arroz, antes y después le tocaron
unas melodías que sí, eran tristes y que para mí mamá eran parte del ritual,
por ello mandamos a pedir la banda, hasta que se aprendieran la canción de
Natalia Lafurcade que tanto le gustaba, empecé a sentirme extraña desde
temprano porque me preparaba para dejar una parte de mi ahí, al cuidado de mama
Martha que creo que fue una de las mujeres que más le amo. Ahí estaban sus
hermanas y sus sobrinas, no bebí más que el día que te enterramos, me embriagué
con mezcal que me dio ansiedad al siguiente día, desperté con un chingadazo en
la cabeza y con moretones de todas las veces que me caí, dicen que fui imagen
de su embriaguez, características masculinas que siempre le orgullecían de mí.
Enterramos sus cenizas y para mí fue dejar ir todo aquello que también me hacía
daño, porque expiarle por su muerte no es más que ser hipócrita, y ese concepto
me resuena siempre en la cabeza, como llevarle flores a su nicho o no decirle
la verdad a los demás en su cara, de frente. Se también que cambio, que su
corazón se hizo más grande y que perdono y pidió perdón cuando importaba.
Mamá me invito a
conocer Jalatlaco, me encanta seguir conociendo partes de esa ciudad que fue
parte de sus vidas en su momento. Parece muy lejano lo que me narran las cartas
que leí, que mandaban los tíos y que incluso me escribían a mí. Apenas están
teniendo sentido o conecto mejor las ideas de como aconteció la vida de mis
padres antes de que yo naciera. Por ejemplo, que mi madre empezó a trabajar
desde los 12 años, y que decide aun siendo niña ayudar a su familia y trabajar,
viajar cientos de kilómetros para lograr algo de su vida y tantas oportunidades
de que todo saliera mal, mejor nos tuvo a sus hijos, con Alberto, orgullosos le
decimos padre.
Solo fotos y recuerdos, dice la canción.
Nos vemos en otro
sueño papá-
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