Realizarse, no
estar en pausa, como esperando que la existencia solo suceda, se nos arroja a
la voluntad de aparecer en la vida, crearse, resolverse. La necesidad de
expresar aquello que se sabe, como si fuese lo absoluto, cuando todo cambia y
nada permanece. Lo que se tiene por sentado siempre se reformula, y que
capacidad de la mente para mantenerse cuerda en el proceso, si acaso el termino
tiene aun sentido. Sigo pensando, que me voy a quedar arriba, que locura que
conserve una idea de mi misma por más de una década, reprime algo de mi
personalidad o construye sobre esa noción que tengo de mi valor, o de mi ser.
Si acaso es una falsa certeza de que me sé, tanto en el devenir que es un
éxtasis, y el pensarme ausente en el vacío de mi propia conexión neuronal.
Ojalá sea una loca con sentido o funcional.
Llevo diez años
escribiendo en agendas, cada día relato algo mucho o poco, relevante, que me
haga recordar el día, o la fecha para una situación recurrente, no entiendo en
que consiste ese registro diario, se ha vuelto un hábito para no perder la
lucides tan pronto, ejercitar la memoria que es la única que nos da una guía de
temporalidad, no el trauma que se recuerda o la invención que perdura. Cada vez
es mas complejo, no el relato en sí, si no el empeño para ser mas constante,
mas coordinado o que sea más presentable, en mis términos, no en necesariamente
algo funcional. Me funciona, sí, me permite tener relación con los sentimientos
o emociones que me provocan las personas que me rodean, y que memorias estamos
creando juntos, a que se deberá el miedo a perder esos momentos en la cabeza
atrofiada. Como en todo lo que hago hay momentos con más interés y mas empeño,
y otros que no lo son tanto, cuando se tiene tiempo para pensarse a si mismo.
Si solo se existe, si bien como echado a la arena, si bien como en un ejercicio
interno de vivir dentro de un cascaron y quererlo romper, aquel que todos los
días sube a la misma piedra por la montaña.
Olvido, aunque en
mis relatos dejo las notas de leer más, escribir más, y si son aquellas cosas
que me invente como parte de mi personalidad, que tipo de persona soy que
realmente no practica esas necesidades de su ser. Todo esto parece el medio
para entender las situaciones que a mi alrededor sucedían mientras crecía y nada
como ahora, tenía tanto sentido. Al menos en estos momentos, escribirlo
realmente me es agradable, o que, si se siente como yo seguir escribiendo, si
es un análisis, pero igual que el ejercicio, uno no comienza reventando el
musculo. La mente necesita su ejercicio. Me gusta que los yogas sean muchos.
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