lunes, 15 de mayo de 2023

MAYO

 

Realizarse, no estar en pausa, como esperando que la existencia solo suceda, se nos arroja a la voluntad de aparecer en la vida, crearse, resolverse. La necesidad de expresar aquello que se sabe, como si fuese lo absoluto, cuando todo cambia y nada permanece. Lo que se tiene por sentado siempre se reformula, y que capacidad de la mente para mantenerse cuerda en el proceso, si acaso el termino tiene aun sentido. Sigo pensando, que me voy a quedar arriba, que locura que conserve una idea de mi misma por más de una década, reprime algo de mi personalidad o construye sobre esa noción que tengo de mi valor, o de mi ser. Si acaso es una falsa certeza de que me sé, tanto en el devenir que es un éxtasis, y el pensarme ausente en el vacío de mi propia conexión neuronal. Ojalá sea una loca con sentido o funcional.

Llevo diez años escribiendo en agendas, cada día relato algo mucho o poco, relevante, que me haga recordar el día, o la fecha para una situación recurrente, no entiendo en que consiste ese registro diario, se ha vuelto un hábito para no perder la lucides tan pronto, ejercitar la memoria que es la única que nos da una guía de temporalidad, no el trauma que se recuerda o la invención que perdura. Cada vez es mas complejo, no el relato en sí, si no el empeño para ser mas constante, mas coordinado o que sea más presentable, en mis términos, no en necesariamente algo funcional. Me funciona, sí, me permite tener relación con los sentimientos o emociones que me provocan las personas que me rodean, y que memorias estamos creando juntos, a que se deberá el miedo a perder esos momentos en la cabeza atrofiada. Como en todo lo que hago hay momentos con más interés y mas empeño, y otros que no lo son tanto, cuando se tiene tiempo para pensarse a si mismo. Si solo se existe, si bien como echado a la arena, si bien como en un ejercicio interno de vivir dentro de un cascaron y quererlo romper, aquel que todos los días sube a la misma piedra por la montaña.

Olvido, aunque en mis relatos dejo las notas de leer más, escribir más, y si son aquellas cosas que me invente como parte de mi personalidad, que tipo de persona soy que realmente no practica esas necesidades de su ser. Todo esto parece el medio para entender las situaciones que a mi alrededor sucedían mientras crecía y nada como ahora, tenía tanto sentido. Al menos en estos momentos, escribirlo realmente me es agradable, o que, si se siente como yo seguir escribiendo, si es un análisis, pero igual que el ejercicio, uno no comienza reventando el musculo. La mente necesita su ejercicio. Me gusta que los yogas sean muchos.

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