¿Puedo ser sincera?
¿Puedo escribir las cosas sinceramente?
Hoy me desperté temprano, con muchas ganas de quedarme en un rincón de mi cama todo el día; aun así me pare para prender el boiler y meterme a bañar, entre esos dos procesos me recosté un rato tratando fuertemente de que no quedarme dormida de nuevo, quince minutos mas tarde estaba ya en la regadera dispuesta a empezar un nuevo maldito día. Después de mis ocupaciones regrese a mi departamento, me esperaba una plática incomoda, pero saludable para mi estado emocional, que con estas hormonas chingandome la vida, no es del todo el más equilibrado.
Ya pasado el medio día, me dispuse a hacer la comida, al terminar comí desganada sólo por el simple hecho mecánico de introducir algo en mi boca para no enfermar; han pasado días en los que olvido comer y sólo atino a reírme.
De nuevo dormí para no sentir o pensar un rato, desperté ya pasadas las cuatro de la tarde y decidí no ir a esa clase tan tediosa donde sólo seguiría pensando en una sarta de idioteces que no me convenía pensar.
Me sentí mejor y decidí ir a la escuela, camine como quien no tiene rumbo, mire a niños jugar, una rata muerta, carros, personas y todo era muy igual, esta vez no puse atención a los colores que me rodeaban, no descubrí nada nuevo, ni fantasee con las hojas secas del camino que tomo a mi aula. Mis ojos empezaron a ponerse rojos y el viento estaba helado, el suéter ligero que opte por ponerme antes de salir de mi cuarto resulto de gran ayuda.
Antes de empezar mi clase comencé a sentirme más desganada, mis manos estaban frías, mi boca caliente y mi frente alertaba un poco de calentura, no hice nada al respecto, hice mi trabajo y fume un cigarro sólo para ver qué pasaba y la verdad no paso nada.
Fui a la casa de mi amiga L. mire una película, tomé un té, comí galletas y regrese a mi departamento.
Las nimiedades resultaron todo un conjunto de estratégicos pasos para pasar mi día lo más rápido posible, funciono.
Sigo con la misma pregunta que al despertar: ¿Cómo puede haber gente tan egoísta?
También sigo sin respondérmelo, creo que nunca lo haré y estoy empezando, ya que faltan quince minutos para la una de la mañana, en que tal vez estoy conforme con la idea de no tener ya mas a ese tipo de gente en mi vida. Por mas que ame, o quiera, o necesite...
¿Puedo escribir las cosas sinceramente?
Hoy me desperté temprano, con muchas ganas de quedarme en un rincón de mi cama todo el día; aun así me pare para prender el boiler y meterme a bañar, entre esos dos procesos me recosté un rato tratando fuertemente de que no quedarme dormida de nuevo, quince minutos mas tarde estaba ya en la regadera dispuesta a empezar un nuevo maldito día. Después de mis ocupaciones regrese a mi departamento, me esperaba una plática incomoda, pero saludable para mi estado emocional, que con estas hormonas chingandome la vida, no es del todo el más equilibrado.
Ya pasado el medio día, me dispuse a hacer la comida, al terminar comí desganada sólo por el simple hecho mecánico de introducir algo en mi boca para no enfermar; han pasado días en los que olvido comer y sólo atino a reírme.
De nuevo dormí para no sentir o pensar un rato, desperté ya pasadas las cuatro de la tarde y decidí no ir a esa clase tan tediosa donde sólo seguiría pensando en una sarta de idioteces que no me convenía pensar.
Me sentí mejor y decidí ir a la escuela, camine como quien no tiene rumbo, mire a niños jugar, una rata muerta, carros, personas y todo era muy igual, esta vez no puse atención a los colores que me rodeaban, no descubrí nada nuevo, ni fantasee con las hojas secas del camino que tomo a mi aula. Mis ojos empezaron a ponerse rojos y el viento estaba helado, el suéter ligero que opte por ponerme antes de salir de mi cuarto resulto de gran ayuda.
Antes de empezar mi clase comencé a sentirme más desganada, mis manos estaban frías, mi boca caliente y mi frente alertaba un poco de calentura, no hice nada al respecto, hice mi trabajo y fume un cigarro sólo para ver qué pasaba y la verdad no paso nada.
Fui a la casa de mi amiga L. mire una película, tomé un té, comí galletas y regrese a mi departamento.
Las nimiedades resultaron todo un conjunto de estratégicos pasos para pasar mi día lo más rápido posible, funciono.
Sigo con la misma pregunta que al despertar: ¿Cómo puede haber gente tan egoísta?
También sigo sin respondérmelo, creo que nunca lo haré y estoy empezando, ya que faltan quince minutos para la una de la mañana, en que tal vez estoy conforme con la idea de no tener ya mas a ese tipo de gente en mi vida. Por mas que ame, o quiera, o necesite...