miércoles, 7 de febrero de 2018

Ruido retorno.

Hoy entiendo que ese monologo se ha vuelto una incapacidad. Ya comienzo a encontrar la forma de darle sentido, cuando algo arrebata, no me confunde, es como si impidiera acelerar, darle impulso. Estoy empezando con un paso a eliminar el patrón, primero empiezo por depurar, sigo con el planear, aumento mi capacidad y habilidades para funcionar y el retorno, eterno. Ya son veintinueve años. Aún no sé qué se debe de poseer para ser un ser más completo y cómodo con su interior, pero también con lo que me rodea. En mis adentros tengo una pasión que se me desborda para querer decirte lo mucho que me importas, que me emocionan tus ideas, pero no sé en donde se eliminó esa habilidad de atender con más emoción la vida, pienso en que ese vacío nauseo, prematuro, no me deja. Incompleta siempre. Pero de verdad que intento con todas mis fuerzas, pues estoy convencida de que la vida acomoda, que no es una existencia que sea para no ser feliz, o lo que sea que eso signifique.
No me interesa compartirme con nadie, no me importa si sucederá eso de quedarme sola, pero tampoco se me hace una mala idea. Lo que quiero decir es que, aunque me esfuerce, aunque lo intente, al final sé que con pocos tendré un resultado exitoso, que mis deficiencias son mías y que le incomodan a los demás en la medida que estos mismos se lo permiten, tener esa comprensión es obvio que me  hace indeseable, poco adulante. Veo a pocos que me ven con ese cariño, unos a veces me incomodan porque  me ven pero no me observan. Voy a comprender mejor, sigo aprendiendo y entendiendo.

No hay comentarios.: